SOBRE EL CONOCIMIENTO DEL COMUNISMO POR PARTE DE LA CLASE OBRERA DE NUESTRO PAÍS.

Enrique Velasco

El trabajo obrero y el trabajo socialista: su “impulso” es bien distinto.-

Todas las sociedades tienen su base, se asientan, sobre una actividad de sus miembros a la que llamamos producción; y consiste en una serie de procesos de trabajo que obtienen como fruto el conjunto de bienes materiales que la sociedad necesita para su reproducción.

Todas las sociedades tienen esto en común. En esto no hay diferencias entre todas las sociedades que han existido históricamente.

El impulso que pone cada día en funcionamiento esta maquinaria, es, en principio, la necesidad de los bienes materiales para poder reproducirse, para poder seguir viviendo. En esto no hay ninguna diferencia con cualquier grupo de animales; ellos también “trabajan” para poder vivir.

Esto, que es así para el conjunto de la sociedad, a partir de un determinado momento en la historia de la humanidad, no lo es para determinados individuos o grupo de individuos que forman parte de la misma.

Esto ocurre, ya lo hemos visto, cuando la productividad del trabajo permite que los trabajadores elaboren más producto del que ellos precisan para su reproducción, y que, en consecuencia, sea posible que quede un sobrante, un excedente. Y se hace posible que un grupo, no trabaje y viva del trabajo de los demás. Ese grupo, ha de someter a los trabajadores para obtener esa ventaja. Normalmente ha de engañarlos, además. Someterlos por la fuerza y engañarlos.

De esta forma, el impulso que cada día empuja a cada trabajador y a su conjunto para producir bienes materiales que reproduzcan (den de comer) a cada uno de los trabajadores y a su conjunto, pierde un poco de su “pureza”, dado que, también hay que producir para reproducir a unos zánganos que no trabajan.

Pasa la época de los esclavos y los siervos, y nos adentramos en el capitalismo. El  impulso general diario para producir bienes materiales para reproducir el conjunto de la sociedad es el mismo, se ha de trabajar para que vivamos todos.

Pero, el impulso en cada proceso de trabajo, no procede solo del trabajador, sino también del capitalista, del empresario. Han hecho un pacto ( un contrato de trabajo), mediante el cual, uno pone los medios materiales, y otro el trabajo. El producto obtenido será del empresario, y el trabajador recibirá un tanto de dinero (salario) para ir viviendo.

Cada mañana se pone en funcionamiento la máquina productiva capitalista. La empujan, conjuntamente, el trabajador para reproducirse (para “comer”), el empresario para comer, y “para hacerse rico”, para acumular más dinero. Como quien manda en el proceso de trabajo es el empresario, la dirección en que se empuja, la toma él. Los dos empujan, el trabajador tirando del carro, el empresario guiándolo.

Ahora, la pregunta:
¿Quién empuja en una cooperativa?
Los trabajadores. Que al mismo tiempo son también propietarios de los medios con que trabajan. Por lo tanto, son los que empujan y los que dan la dirección al empuje.

Ese dato, esa diferencia con la empresa capitalista, es lo que hace del trabajo en cooperación, la semilla que, en desarrollándose, daría lugar a otro tipo de producción, a otro tipo de instituciones y a otro tipo de sociedad.

Cuando en la sociedad europea comenzó a funcionar la forma de trabajar capitalista, se trataba de una simiente que ya se podía saber cómo se desarrollaría. Había datos que permitían adelantar hacia donde marcharía la producción.

Si los procesos de trabajo, en que consiste la producción, son ejecutados por los trabajadores, pero dirigidos por los empresarios. Si los empresarios tienen como finalidad principal obtener la mayor ganancia posible. Es bastante probable que las instituciones montadas por ellos para reproducir sus procesos de trabajo, tengan, a su vez, como finalidad la obtención cómoda por éstos de la ganancia buscada.

Es decir, la semilla, un proceso de trabajo, por la forma en que ordena (quién empuja y para qué) el trabajo en su seno, nos da la llave para entender, que si ese proceso se multiplica, y todos los procesos unidos se preparan las instituciones que les aseguren su vida, su continuidad, su reproducción, nos llevarán hacia un conjunto de procesos de trabajo y un conjunto de instituciones, es decir, hacia un tipo de sociedad que responderá al tipo de proceso de trabajo que le sirve de base, de semilla.

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